sábado, 2 de mayo de 2009

DESILUSIÓN MERENGUE

Una vez más el Barcelona del Pep mostró de lo que está hecho al vencer a domicilio nada más y nada menos que a su acérrimo rival el Real Madrid de Juande Ramos en una fecha más del clásico demostrando por que es el líder indiscutible de la Liga y perfilándose a paso a firme a lo que podría ser su campeonato. Todo parece ir sobre ruedas para el Barcelona desde que termino la era Rijkaard y comenzó la era de Joseph Guardiola ya que los ha llevado al liderato de la Liga de manera abrumadora contra el Real Madrid llegando a una diferencia que hasta ha sido de 12 puntos y humillándolos en su Estadio el Santiago Bernabeú con un resultado de escándalo no esperado ni siquiera por el más asiduo fanático del club catalán un 6-2 que los ubica con 85 puntos a una diferencia de ocho sobre el club merengue que tiene que conformarse con el consuelo de que pueden optar a la Champions League de manera directa. Con dos goles de Henry que no pudo completar el hat trick por que fue sustituido en el minuto 61 por Seydou Keita, dos goles de Messi, uno de Puyol y uno de Piqué; mientras que por el equipo merengue marco Higuaín y Sergio Ramos.
Puede que con el resultado todo el mundo se imagine un partido jugado por un solo lado pero se puede decir que por lo menos en los primeros veinte minutos el encuentro tenía un ritmo trepidante que daba la impresión al espectador de que sería más parejo; pero como no fue posible para los jugadores del Madrid mantener el ritmo de juego por los 90 minutos de partido el Barcelona tomó la iniciativa y se adueño del partido tornando la balanza a su favor contra un Real Madrid que parecía bajar los brazos ante tanta presión, aunque la realidad era que de hecho las sustituciones de Juande Ramos mostraban su intención de ir hacia adelante sacando a Marcelo por Klass Jan Huntelaar o a Sergio Ramos por Rafael Van Der Vaart y finalmente a Arjen Robben por Javi García, pero el poderío del Barcelona era tal que no fue suficiente y la cara de decepción de jugadores como Iker Casillas y Raúl González capitán del equipo merengue reflejaban la decepción que habían en sus ojos y el hecho de que el partido ya estaba definido sin infundirle nada de ánimo a sus compañeros que llegaron a los vestidores todos cabizbajos y seguramente avergonzados con su afición luego de haber caídos derrotados en el primer clásico en Diciembre y haber tenido que presenciar senda goleada sobre el equipo de sus amores en su propia casa.
Rebeca. S. Cardona. P.

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